Cuando nos abrimos al infinito ya no nos preocupa el que será, y en menor grado el que fue. Simplemente el que es (el que vale). Somos una meta ya sabida por el todo, por el duende de la particularidad. La vida es sabia, devuelve tarde o temprano lo que uno entrega. El río pasa, recoge en su camino los residuos para sumergirse en el anhelado mar. Nos sentimos, nos introducimos, nos comprometemos. Tal vez haya elegido Storni el océano para su muerte, como ofrenda, su vida, a la eterna vida.
JUAN MALDONADO
5 comentarios:
Que lindo lo que escribís Juan, realmente te deja pensando, si alguna vez, lo que damos, será devuelto, pero no por el hecho de que dar algo, significa que tenemos que recibir algo si o si. Si no por el hecho de sentirnos plenos.
Me alegro muchisimo que aquel texto de "Agustina y Mario", te haya reconfortado:)
Un beso grande!
Marina: Por supueso. Coincido. No es el fundamento lo que uno recibe cuando se dá, sino es una consecuencia. Va, luego de observarlo un poco, creo que es así. Muchas gracias por las visitas
Juan!! Me alegro enormemente que mis relatos sean de tu agrado.
Tenés una muy linda manera de plasmar tus pensamientos en palabras (lo digo por los comentarios que me has dejado en mi blog).
Un abrazo!
EL MAR...ahí están las cenizas de mi papá............
Besos para ti, bello post.
mar
Marina: A buenos escritos, buenos son los comentarios. Gracias.
Mar: El mar... Ha elegido un buen lugar. Gracias por las visitas
Publicar un comentario