miércoles, julio 15, 2009

SUEÑOS DE PRIMAVERA (CAPITULO SIETE)

…La justicia es el instrumento de manipulación moderno, que los comensales del mundo utilizan para llenar sus incansables vientres…

Usted cree que camina por lo seguro, me pregunto Figuer viniendo de un letargo pensativo. Lo único seguro es que a la mañana sale el sol y el crepúsculo lo esconde. Lo otro es puro cuento.
Me dirá usted, “es un descreído”, y yo le responderé: soy un realista. Ya de la época de Sócrates, cuanto acudían a sus prácticas mayéuticas, las personas daban cuenta que su posible saber no era más que una mera ilusión, que habían estado confundidos todo ese tiempo anterior. Y pasa como ahora. Vivimos en una sociedad bajo el régimen de “democracia”. Usted puede creer eso. De que democracia me está hablando. De que verdades.
Uno no tiene ni el misero derecho de caminar con los pelos largos por las calles, que me lo encajonan en prisión para averiguación de antecedentes. Que me lo tratan de merodeador. Que me lo golpean como la mismísima suela de los zapatos.
Mire, desde que tengo uso de razón aquí siempre fue todo una farsa, y la gente acompañó esa farsa. Porque aunque las condiciones de vidas fueran las mas indignas siempre tuvimos ese cierto orgullo de compararnos con el que está más abajo y así sentirnos un poco mejor. Horrendo, la famosa clase media: sueño con estar igual que el de arriba, y me cago en el que está abajo. Y no se dan cuenta que pertenecen a la misma franja social, obvio, la de abajo.
Usted cree en los cambios?, pregunto...
Realizó un descanso en sus palabras para degustar un trago de ginebra, que seguía desgastando el camino de su esófago.
Yo seguí su mirada. Coincidía con la necesidad de llevar a su muerte un trabajo de cambio. Una necesidad de morir con la tranquilidad de no haber pasado desapercibido. Yo asentí sus palabras, mencione algún que otro ejemplo de falacias comunes, como ciertos slogans publicitarios. Figuer sonrió y dijo:“La televisión, mejor herramienta destructiva….”


Juan Maldonado

viernes, junio 26, 2009

A ese niño...
Sigo camino tras el vicio del presente,
una melodía tez rosa espera el sol.
En tu vientre se enciende el tiempo
que sueña, para digerir una nueva alternativa.
Será el silencio,
el grito de tus días...
Soy lejano a las comodidades, más cercano
a las sabidurías.
Que no quieren detenerse
para que me junte en sus partidas.
Tu serás quien se encargue de seguirlas,
mi llanto en vida.
Espero tu sonrisa, tu temperatura
y tus caricias.
Caen tus voces, cae tu vida.
Y entre dulces movimientos, sinfonías,
suena mi niño, tu alegría...
Juan Maldonado

Música

  • De todo un poco. La que me suena sincera...

Libros

  • Los que no terminan rapidamente
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