“BOLLO, COMO LOCO”


Sube, baja, va y viene.
Nada lo tiene.
Ni lo detiene.
Si se va no viene y si se queda
lo mantiene.

Seguro se fue,
con vertiente de agua leve.
Que disuelve y procede.
Que tirita cuando en sienes.

Al otro lado,
peldaño gastado,
por comisuras rasgados.
Bien amarrado por el tiempo.
Entre fragancias, resignado.

Improvisado,
con retazos desorientados
que fingen el alivio
acompañados

Como bollo loco,
encontrarme,
para buscarme finjan viajes por el aire,
en lo divino de la tarde,

en lo infinito del paisaje.

Sigan a las moscas.
Las olorientas toscas,
los residuos de bosta.
Los que reclaman costas.
Los que saltean postas.
Los que se mienten diciendo: “no queda otra”.

En un bollo como locos.
No.
Me suelto.
Me aíslo.
No jodan.

JUAN MALDONADO

“TEMPLANDO LAS CUERDAS”

Sabiduría lustrosa, de curvas añoradas, caen con fuerza los sonidos como pinceladas.

De un tiempo de estigmas, de referencias del alma, disputan la calma con delicada placía.

Canto de la madera que tiñe con el tiempo, su cuerpo dorado, resuena en el viento.

Son amigos y senderos que aprietan la vivencia, ya nada me aquieta, ya nada me ausencia.

De la mano hacia el oído, forcejea su apariencia, tira el nylon de las cuerdas pa´ ser precisas las respuestas.

Y entre chispas de incandescencia, el sol nutre la imponencia, del resonador campesino, adquirido por herencia.

Un legado merecido, un regalo de paciencia. Solo el que entrelaza cuerdas responde por la vivencia.

JUAN MALDONADO