“SI ME LO PIDES”

Si me lo pides,
te escribo palabras sueltas,
que juegan con mis manos
cuando vuelan tu silueta,

que brilla entre las sombras
de pieles descubiertas
amanecidas entre fundas:
lecho de psiquis y naturaleza.

Si me lo pides te descubro
entre versos de un poema
que conectan los latidos
con el eco de inocencia,

que despierta cuando en niño
se convierte la esencia,
feliz el desconsuelo, activa la fortaleza.

Y soy oído del bello
caminar entre mis grietas
que absorben el sonido puro
de tu amor y benevolencia.

Ante un ciego desdichado
que al brillo de tu luz dio respuesta,
como el mar hacia sus ríos,
como arroyo a su tormenta

Si me lo pides te dedico
algunas palabras sueltas,
perdidas en nuestro tiempo,

sin comienzo, presente o metas…

JUAN MALDONADO

“VEO”

Son el foco,
la luz
y
el deseo,

de la gama de colores que hacen el fuego.

Una brisa fina de cerdas entre los dedos.
Del despertar del rostro que abre al mundo cuando quiero.

Se agita

el instinto,
se
estremece el conteo de expansiones y decesos, del músculo de amor y sosiego,
de esperanzas,
de
deseos.

Si duermo espero entre nieblas oscuras.
Si desvelo victorioso sueno, cuando alumbran en las sienes,
esos flancos estertores de lo eterno,

que simpatizan en el olvido
cuando de recuerdos
me alimento,

y son los fieros residuos,
los
dueños de los sueños
y el ansia de la firmeza
de una realidad

exacta

cuando
veo

JUAN MALDONADO

“DANDO VUELTAS”

Cielo, horizonte, tierra.
Miradas que a lo lejos aferran
un singular comentario del que siempre
mira afuera,

y la quietud del lamento
que es en vano auque no quiera.
Me llamas “el conocido”
porque tienes que justificar tu galera,

una dócil decisión de uniforme
dan en el pecho de tu estructura erecta.
Sos lo mismo que quien se aferra,
entre el suelo y tus garras sin ideas,

que ya no distinguen
entre ángeles y fieras,
son fieles a su ceguera.

Tengo tiempo de explicarte,
que ya nada me altera,
que concibo la esperanza
como aliento de pena,

que simplemente caigo como río a su rivera,
que se distribuye en la inmensidad plana
y no hacia altura nueva.

Compartiendo benevolencias,
recibiendo nuevas,
de miradas, de la sombra,
de quien la deja o la lleva,

como el que comparte contigo,
en estas lloviznas de ideas,
entre el cielo, horizonte, tierra.
Dando vueltas…

JUAN MALDONADO

“MANOS DE TRABAJO”

Al viento, agua y tierra, espejos de campo arado, se abren al sol de mañana, se cierran cielo estrellado

Combinan con el acero, la sangre extiende en madera, el hacha herida de cedros, algarrobos y nogales tiernos.

Desgarran sobre el pañuelo, las caricias a un niño nuevo, que encuentra el gemir del hambre, sobre el cristal divino del sueño
del ser que empuja el tiempo, el frío, los días de fuego, que cimienta la esperanza del hombre llamado pueblo

Son sus armar,
banderas del cuerpo,
reflejos del alma,
senderos resecos,
paredes de adobe,
racimos repletos,
una cuerda que resuena rompiendo el silencio

Entre los surcos concluyen, la ofrenda de los labriegos, sus manos vierten acequias, sesgadas por el recuerdo

Y se dividen de a pares, por poderes adversos, que temen a que se junten y dejen de ser los dueños…

JUAN MALDONADO

“CAMINAR”

Cuando el torrente presiona,
la tierra tira su lamento,
el arco estira su figura,
la silueta en movimiento

Vista al suelo, al horizonte,
se disputan personalidades,
decisiones cabales,
clasifican al hombre

Se perfora el destino,
el abismo se presenta,
el coraje es adivino,
acompaña la esencia

Somos fieles seguidores
de asperezas nocturnas
estimulan viejos menores
dar el paso que alumbra

el sentimiento de incluirnos
despacio en el espacio
debajo del arriba
arriba del abajo

Figura se hace el camino
del intrépido caminante
marca lo desconocido
y lo que ha pisado antes.

JUAN MALDONADO

“UN LINYERA”

“Me abraza la soledad, con tierna paciencia, me explica la mañana que el sol no saldrá.
Serán las viejas plegarias de los tordos amanecido, que declaren el divino correr del día.”

Un cobijo desgastado
entibiese el lamento,
tan solo recuerdo siento
de una almohada de seda.

Uno elige su pradera
para agotar la agonía,
será el paso de la vida,
que demuestre el fundamento,

y es solo el silbar del viento,
entre penas y alegrías.
que en un tiempo divertía,
pero ahora ya no siento

Será porque el cimiento,
de la muerte esta afirmado,
deja el corazón rasgado,
deja el cuerpo suelto.

Aquí sentado en la vida
te veo pasar como si quisieras,
darme la mano que espera
por un acercamiento,

No temas,
no miento,

soy solo un linyera…

JUAN MALDONADO

“EL JOROBADO”

Con el cielo sobre el manto,
con la figura del espanto,
con una sonrisa que se perpetua sobre los pasos,
una mirada al horizonte, como elevado.

Son las caricias las que motivan,
el acertijo de lo diario.
Felicidades, pocas resonando,
en la penumbra del vestuario.

Ya no hay consuelo, soy
de lo fuera de lo clásico,
Nada ya tiene sentido
si discuto entre los sanos.

Me han visto furioso,
perdón al asustado.
Si fuera el templo de mis riegos,
dejaría lo mojado.

Cuanta miseria asechando,
dolores, dagas en lo sano.
Figura fiel de algarrobo,
retorcido entre los planos.

Sin la fortaleza,
de aquel beneficiado
por la tierra y aguacero,
que recorre el empedrado.

Me escabullo entre las sombras,
de la luna y estrellados,
por temor a que resuene,
nuevamente: “el jorobado”.

JUAN MALDONADO

“MANDALA”

Punto exacto fija el espejo orbital del sentido.
Se desplazan hacia el estallido los contornos,
antagónicos, definidos.
Se sumergen a un plano en movimiento,
no movido.
Dejan marcas singulares,
rezando recuerdo en el olvido.
Son tan simples
los latidos,
de la indiferencia, rasgos conocidos.
Se consuelan parecidos,
como gotas diferentes del rocío.
Son del momento,
distraído.
Diferencia de lo vivido.
Buscan placeres arrepentidos,
no perimen ahorrativos.
Bellos lunares, soles divinos. Dan fundamentos figurativos.
Se construyen a si mismo, caritativos,
para el bien de muchos en el abismo.
Remanso del objeto cognoscitivo.
Sendero de un mundo, cualitativo…

JUAN MALDONADO

“LO QUE VIO SER”

Lo inevitable que resuene,
nada ya sabe de la espera,
almas clásicas van en tregua,
sonámbula, la elección del poema.

Son astucias las destrezas,
del paisaje que envenena,
con tajadas calan, siembran,
el residuo de hechiceras.

Ya no mienten, solo dejan,
se relamen y festejan.
Se acobardan o se enfrentan,
calman brazos de fiera.

“Son palabras”, vocifera,
amplio grito en la marea,
del tiempo que vierte la sombra,
de la forma que la luz promete.

Cansada la esfera somete,
fuerzas acostumbradas de adivinos,
son guerreros, dioses divinos
corre la sangre, río arriba.

Si fuera solo dar la vida,
para despertar en el silencio,
manto entresuelo y cuerpo,
entre cuerpo y cielo, el viento

Uno ya ha elegido,
el camino de los días,
en que se atrevan las heridas
cicatrizar sus lamentos

Son simples las palabras,
cuando se dicen de pecho,
y es por ello, solo siento,
el placer de la portada.

Y es calma, remanso
lo que vió ser. Será tranquilo
el renacer….

Juan Maldonado

(A los tantos que carecen del agua y que recorren largas agonía en su encoentro. A la reflexión de los que solo nos queda estirar un brazo, girar un grifo y agotar la sed)

“LLANTO DEL CIELO”

…Y me fui despacio con la sed de volver, otra vez si quiere a mojar las plegarias, que callen un día, siquiera para saber, si la sonrisa de la noche se acostumbra, o es sabia, y solo anima a verse cuando revive la danza, que vierte la tristeza, por recompensa, el agua…

Baja descalza
la pena del sol,
se hace sendero,
el viento entibiese.

Rugen las piedras
llantos del agua,
queda acorralada
en nubes florece

Cuanto daría por llantos del cielo
que truequen tristezas por verdes y truenos
Son simples plegarias de pueblo de cerros
Cansado y dolido del roce del tiempo
Juan Maldonado

"NATURALEZA"

Para el consuelo de los habitantes de lo imperfecto, lo inexacto, lo deforme, lo indefinido, lo incorrecto, lo desacomodado, lo ilimitado, lo liberado, viene a tenderse el manto de la naturaleza, para que estos locos afortunados den cuenta y nos hagan saber que no hay más infinito que nuestro alrededor. Solo queda mirar…

Juan Maldonado